De qué se trata el Diccionario Cítrico, un espacio para exprimir palabras antes de ponerlas en boca de todos
Christian Díaz y su Por los museos se suma a ¡Somos EY!
Por Christian Díaz | Por los Museos
¿Es un diccionario? Sí, pero no. Como la imagen que uso del Juicy Salif. ¿Es un exprimidor? Sí, pero no. Quiero decir: tiene forma de exprimidor, ¿Funciona para exprimir limones? Más o menos. ¿Sirve para hacer jugo? Depende de tu pulso y tu paciencia. ¿Tiene algo que ver con un diccionario? Sí, totalmente.
Con este Diccionario Cítrico, la idea es más o menos la misma. No se trata tanto de definir, sino de exprimir al máximo las palabras antes de ponerlas en boca de todos. Apretarlas un poco para ver qué sentido les queda. Porque hay términos que repetimos como si fueran limonada: empatía, resiliencia, comunidad, innovación, cuidado. Son frescos, amables, bienintencionados, caen bien. Pero cuando los pasamos por un poco de presión, dejan ver otras capas, otras texturas.
Además, elegí este exprimidor porque no es solo un elemento de cocina: es un objeto de museo. Forma parte de la colección permanente del MoMA y genera desde hace décadas un tipo muy especial de conversación*: esa que se da cuando algo cotidiano se convierte en símbolo. Starck lo dijo mejor que nadie:
“Mi exprimidor no está pensado para exprimir limones, sino que tiene la intención de iniciar conversaciones.”
Con este diccionario pretendo lo mismo. Que no sirva solo para usar, sino también para discutir. Que no sea decorativo, ni funcional, sino provocador.
Y sí, por si hacía falta, una razón más: todo esto sucede en un newsletter que se llama Por los museos. Así que, ¿cómo no iba a elegir como logo un objeto de cocina que se exhibe en un museo? Uno que nació del cruce entre un calamar con limón y una servilleta manchada. Un diseño que no mide su valor por lo que rinde, sino por lo que genera.
Como este diccionario. Que no pretende cerrar sentidos, sino abrirlos. Y si en el camino algo se derrama, bienvenido sea.
Ese borde entre lo utilitario y lo poético es justamente lo que me interesa. Porque este diccionario —lo incorporo en el newsletter Por los museos— anda sobre esa línea: entre lo que se usa todos los días (las palabras) y lo que muchas veces olvidamos mirar de cerca (su sentido, su carga, su historia, su ideología).
Bueno, eso: ¿hablamos?